Mario Segovia: "El Rolls Royce fue otra de las excusas más de la causa"

Mario Segovia, 39 años, fue detenido en el  Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery  acusado del contrabando a México de casi 300 kilos de efedrina, para elaborar drogas sintéticas, disimulados en un cargamento de 12 toneladas de azúcar. 

En marzo de 2012, el TOPE 2 lo condenó a nueve años de prisión por el delito de "contrabando simple agravado por haber utilizado documentación aduanera falsa, por la intervención de tres o más personas y por ser perjudicial para la salud".

El numero 23, es sinónimo de hechos relevantes. El 23 de septiembre, 23 de octubre y 23 de noviembre fueron la secuencia de los días más distinguidos de su vida.  Esos que no se olvidan más. De esta manera y explicando el por qué, da pie a la introducción de lo que es su verdadera historia, en estos años de cárcel, Mario Segovia se dedicó a plasmar su vida en las hojas de un libro que está a la venta en todo el país, “YO Efedrina”. 

Porque detrás de esta causa había intereses personalistas de poder y, más que nada había que hacerla pública a través de los medios, para desvirtuar la realidad de los hechos.

Los fundamentos que tengo para decir esto son largos de explicar en una entrevista, por eso decidí escribir “Yo Efedrina” para que la gente tenga la otra campaña de la historia. 

Considero que el ex Juez tuvo un desempeño lamentable en todo el proceso de la denomina “ruta de la efedrina” con múltiples denuncias en su contra, no solo de mi parte si no de todo los que fueron perseguidos en su tren  de locura, hubo robos, aprietes a testigos, intimidaciones, extorsiones y lo más grave que hizo fue su intento de extorsionarme para que declarara e involucre a Francisco de Narváez con los carteles mexicanos. A cambio de obtener un beneficio propio, según sus propias palabras. Cuando lo denunció públicamente comienza una especie de venganza en mi contra y lanza una cacería contra mi familia y nuevos allanamientos en Rosario con resultados negativos.

Siempre lo ha habido. De hecho, había aspectos de la causa que eran secreto de sumario y los medios lo publicaron sin reparos.

El hecho de querer involucrar a De Narváez en una causa en la que no tenía nada que ver, y en el momento político en que se desarrolló todo, muestra claramente el trabajo conjunto de la Justicia, los intereses políticos y los medios.

Actualmente es así, y no hace falta que nombre a algún medio en especial, considero que la sociedad argentina es muy analítica y conoce esta realidad.

Por qué consideras que investigaron a tu padre sin pruebas. Luego quedó demostrado al quedar absuelto por falta de mérito...

Considero que al no tener pruebas suficientes para incriminarme a mí, utilizaron a mi familia como rehenes para presionarme y obligarme a decir lo que el Juez quería que dijera, para no quedar ridiculizado, después de todo el circo que se formó alrededor del “Rey de la efedrina”, hasta ese apodo formó parte de esto.

En todo momento buscaron sacar de la galera, lo inexistente, se valieron de las personas más vulnerables de mi familia, perjudicando también a mis hijos pequeños, en ese momento.

Imagínate lo que significó para mí y mi mujer que la apartaran de nuestros hijos, todo fue un modo de manipulación extrema.

A quién, no. La diferencia es que me formaron en la cultura del trabajo, hoy ese tipo de formación es una utopía.

En vez de más trabajo, hay planes sociales, no digo que estén mal, digo que la gente tiene que ganar su dignidad a través del esfuerzo y las garantías de sus derechos como trabajadores.

Mi trabajo era el comercio exterior, cualquier empresario que se dedica a esta actividad sabe que implica viajar a diferentes lugares para comerciar.

En mi libro cuento los lugares a los que viajé y diferentes anécdotas o experiencias que observé o viví.

Siempre me interesó aprender sobre otras culturas, soy muy respetuoso y valoro cada una de ellas.

El comercio exterior en general, aproveche la demanda de artículos importados de aquellos años que consistían en electrónica en general y del rubro de juguetería, lo que me permitió aprovechar ese negocio para generar algún que otro ingreso.

Estabas justo trabajando en un proyecto que iba a revolucionar el mercado tecnológico, ¿En qué quedó el proyecto? ¿Te gustaría retomarlo?

Ese proyecto de la fábrica de DVD fue una de las grandes perdidas económicas que me ocasiono mi detención y el caso en sí, ya que estaba en plena marcha y obviamente a partir de mi caso quedo truco, con las líneas de producción pagas en el puerto de Hamburgo en Alemania, el predio en Alvear a medio terminar y un sin fin de perdidas más. 

No podría retomar ese proyecto porque la tecnología ya quedo anticuada. En la actualidad trabajo, desde hace unos años, en un mega-proyecto relativo a la alimentación de la humanidad, es una visión que nació en la cárcel y se proyecto al mundo libre, en el libro detallo el proyecto el cual es el que concluiré al poder recuperar mi libertad.

Cualquier cosa fue usada en mi contra, necesitaban pruebas para incriminarme y no las tenían, por lo tanto había que dibujarlas de algún modo.

No es ilegal el ahorro en dólares u otras divisas, tampoco lo es el ahorro en oro, esto se debió a la inestabilidad monetaria de nuestra Nación, como un resguardo a futuro para el proyecto de la fábrica de DVD, los equipos eran importados y estaban cotizados en dólares, una forma de afrontar esos costos era resguardando el dinero en dólares u oro.

Esa caratula se me impuso desde el momento mismo de la instrucción y en que soy detenido, a partir de la primer indagatoria, dado que se me relaciono erróneamente con la famosa quinta de Ing. Maschwitz en la que un grupo de mexicanos preparaban Clorhidrato de metanfetaminas que exportaban a México, como dije se me relaciono con esta gente y luego en el juicio oral se comprueba que nada tengo que ver con esas personas y se me condena por contrabando, siendo que nada de lo que se me acusaba se pudo probar.

El vehículo Rolls Royce fue otra de las excusas más de la causa, demostré en el juicio que no me pertenecía y nada tenía que ver con el proceso en sí. Tome conciencia de que me estaban siguiendo unos meses antes de mi detención y por lo burdo de la forma en que lo hicieron, junto a mi esposa y algunos de mis empleados notábamos detalles extraños en cuanto a nuestros desplazamientos, notábamos que frente mi casa en el Rosario Golf Club había "jugadores" de jeans y zapatos que estaban horas enteras frente a un mismo hoyo, también camionetas del tipo utilitario de una empresa de telefonía estacionadas cerca de mi casa y que no efectuaban ningún tipo de tarea de reparación, gente que recogía nuestra basura no pertenecientes al servicio de recolección de residuos, entre otras cosas. Llegamos a la conclusión de que estábamos bajo contante vigilancia, aunque nuestra vida continua normalmente porque no teníamos nada que ocultar ni de qué preocuparnos.

Es un libro sobre la manufactura de armas químicas, mi interés en el solo consistió en preparar adecuadamente la defensa en esa causa que estaba proxiam al inicio del juicio oral llevado a cabo por el Tribunal Oral penal Económico 2 de Comodoro Py. Trataba de entender que es lo que eran esas substancias y elaborar junto a mis letrados las estrategias de defensa. Eso fue todo.

Desconozco quienes estuvieron tras ese contrabando y con qué fin solicitaron esas substancias.

La Justicia investigo mi relación con los árabes, mis constantes viajes a la triple frontera y fueron armando una telaraña de infundadas acusaciones, como que yo era un proveedor de terroristas árabes, nada más alejado de la realidad.

Mis conocimientos sobre las armas químicas se debieron a que tuve que “empaparme” sobre terminologías y bases teóricas sobre la materia, nunca antes sabía nada acerca de ese tema. En mi paso por la Universidad en la cárcel tome clases de biología molecular, aunque aclaro con énfasis que no soy un experto en el tema.

La razón principal fue el nombre del importador Héctor Germán Benítez a quien erróneamente se me relaciono junto a mis conexiones comerciales con los árabes y mis constantes viajes a la triple frontera, insisto desconozco en absoluto quien es el verdadero destinatario de esas substancias y con qué fin lo hicieron.

Si desde luego un tema de actualidad el ébola, coincide con el mes en que termino la edición del libro por octubre del 2014 coincidentemente fue un tema relacionado en su momento a la guerra biológica, repito para mi defensa penal tuve que interiorizare en esos temas y profundizar mis conocimientos. Dicho sea de paso y de acuerdo a mis investigaciones expongo que el virus ébola no es un vector ideal para la guerra biológica.

Si, el tiro al blanco es un deporte que me apasionaba de chico, durante mi cursado en el colegio secundario el Normal 3, participe en torneos intercolegiales ganando medallas en tiro con fusil, por aquellos años esos torneos eran promocionados y alentados por el Ejercito. Siempre tuve armas, pero dentro del marco de la ley y legítimamente registradas. Cuando se produjo mi detención nadie aclaro esto y esas mismas armas fueron usadas en mi contra como diciendo que yo acopiaba armas y municiones de guerra.

Si, absolutamente, fui absuelto de culpa y cargo, nada de lo que armo el ex Juez Instructor ameritaba un proceso judicial y por ende no prospero en absoluto.

Como narro en el libro, “había corrido mucha agua bajo el puente” no podrían “no condenar” quedarían todos en ridículos, prensa, policía, ex-juez (aun mas) y justicia. Tenemos el convencimiento absoluto de que en los tribunales superiores habrá Justicia como esperamos y que la verdad será expuesta definitivamente.

Es una buena pregunta, mi familia vive el día a día y haciendo malabares con el dinero, como una familia más de clase media. Disponemos de unas propiedades que nos dejo mi madre antes de fallecer y las alquilamos, también dispongo de un sueldo que percibo como interno en el SPF que nos permite subsistir.

No estoy bien de salud desde hace tiempo, fui intervenido e internado en múltiples oportunidades. No es noticia que en las cárceles, por más buena voluntad que tengan los profesionales de la salud, no cuentan con los medios para tratar diferentes afecciones como la mía.

En todas las cárceles argentinas, se mueren personas diariamente por falta de prevención o atención médica deficiente.

A pesar del pedido reiterado de mis abogados, para realizarme estudios de alta complejidad para establecer un diagnóstico preciso de mi situación, todavía sigo en el mismo estado, sin respuestas.

Mis días son como todos los que pase aquí adentro, rutinarios de lunes a viernes y aburridos el fin de semanas y feriados. El reglamento penitenciario es de un recuento general que dura de 07:45 a 08:00 am seguidamente se procede a la limpieza general del pabellón, luego se parte a trabajar o estudiar de acuerdo a la labor que ejecute el interno. En mi caso particular, trabajo y concurro a la Universidad de Buenos Aires, que funciona en un sector del penal y me encuentro cursando materias del CBC Ciclo Básico Común universitario. Esto me permite tener mi mente ocupada y “matar el tiempo” que me resta.

La cárcel es dura para cualquier ser humano por más fuerte que sea, en mi caso particular no tuve la famosa “bienvenida” dado que entre con mucho ruido y “mucha chapa” fui bien tratado en todo momento. Todo una experiencia el pasar por una cárcel federal de máxima seguridad, más aun en mi caso que en 34 años nunca pise ni una comisaria de barrio.

Después de todos estos años, uno podría suponer que el futuro es incierto, pero tengo una familia, lo que me exige tener en claro que tener trabajo es fundamental. Soy una persona que siempre tiene proyectos por realizar, sino cómo te bancas estar en cautiverio, sin tus afectos, privado de tu libertad y de todo.

Como todo preso, espero el momento de mi libertad, por supuesto que no sé cómo voy a salir, la prisión también deja marcas. 

Pero poder estar con mis hijos, compartir las etapas de su desarrollo, acompañarlos y apoyarlos, es lo que más deseo.

No se puede recuperar el tiempo perdido, pero sí plantearme la vida desde otra perspectiva y disfrutar de la familia.

Tanto mi hijo mayor como mi mujer están orgullosos de mi y de mi apellido, a mi hijo le diría que estudie, trabaje y por sobretodo que sea un buen hijo y ciudadano, tal como me inculcaron mis padres la cultura del trabajo y el estudio se la transmito a él. Hoy tiene 15 años y conoce la causa tanto como yo, sus maestras y profesores se admiran de su cultura y desenvolvimiento, dicen de él que es un adolescente con el que se puede hablar de diversos temas y cultura. Muy superior y destacado en ese aspecto a sus pares de misma edad.

Quiero que la sociedad conozca “la otra campana” la verdadera, la que nunca fue oída ni escuchada en mis múltiples descargos ante la Justicia, sentí que era una deuda que tenía pendiente para con mi familia y la sociedad en general.